25 julio 2014

Amor tardio




Duérmete, corazón, que no es prudente
despierto a esta hora estar, que no es la tuya.
Duérmete, que parece que no intuyas
que llamando el ocaso está a tu puerta.

Vigílala, que no se quede abierta,
que de tu cielo se alejó la aurora,
y es ocaso el que llega, aunque atrayente
te parezca su luz deslumbradora.

Doblando estás la esquina que te aleja 
de ese sentir que en retener te afanas,
y no aciertas a ver que así te engañas,
que ya no puede florecer tu huerta.
que seca yá, tu alberca,
la sed no apagarás de quien espera
abrasandose en fuertes ilusiones...

Cúbrete, corazón, con los crespones
que envuelven del amor las cosas muertas.


María Ángeles Morera Serrano