26 noviembre 2014

Lo que Yo Siento




Antes que se cierre mi ciclo vital,
antes que la vida me ponga el final,
antes de que pueda decir, ¡nada fui!...
Quisiera dejar tras de mi un cantar,
quisiera una huella marcar al pasar,
quisiera a un amigo sentir junto a mi.

Que nunca me cubra con el manto helado
de aquel que no supo ni pudo lograr,
marcar un camino, un llanto secar,
sentir una vida caliente a su lado
y hacer una risa gozosa brotar.

Tan solo así adquiere sentido la vida,
solo así se sabe, que no está perdida
la aventura humana,
tiene fundamento,
lo demás no importa,
este es el fermento.
Siempre el amor vivo.
Siempre el amor dentro.


María Ángeles Morera Serrano

10 noviembre 2014

Forna: ."Dies Mei Transierunt Sicut Aquila Volans ad Escam"





Te vi surgir de entre la blanca cinta
de aquella carretera
y el ocre de tus casas, confundido,
mezclado con la tierra,
prestábale un encanto primitivo a tu agreste belleza.


El verde cinturón de tus montañas te ciñe, te rodea,
y en posesivo abrazo te defiende
de intromisiones que dañarte puedan
hurtándote el encanto primitivo de salvaje princesa.
¡En esas grandes urbes infestadas
quién pudiese pensar que aún existieras!


Alcé al cielo mis ojos deslumbrados
de su intenso turquesa,
y cegada de sol, por un instante,
pensé que era quimera,
más no era así: rayando en lo infinito,
allá donde se alcanzan las estrellas,
surcado por el vuelo de las aves,
con el gris de los siglos lamiéndole las breñas,
enhiesto entre las rocas que lo forman
está tu centinela.


Trenzaba celosías el juego de la luz entre las hojas
y el rojo sol hervía
quemando las espaldas sudorosas.
Dormíase la sombra perezosa bajo los naranjales,
el llanto de una fuente susurraba
y a miel sabía el aire.
Pregonaba, insistente, un abejorro
las delicias del néctar que libaba,
y herida de colores la retina,
paleta de Sorolla emborronada
inmersa en fuerte luz, solo podía
cerrar los ojos para abrir el alma.


Vagué sobre las piedras centenarias
de aquellas callejuelas,
y llena de ternura ante lo humilde de su ermita pequeña,
sentí mi fe más viva
y el aliento de Dios mucho más cerca.


Sobre un reloj de sol, en una esquina
de aquella descarnada plazoleta
gastada por la lepra de los años,
rezaba esta leyenda:


"Como el águila que vuela a por su presa,
mi vida pasó rauda".

Y pensé en el mortal que en otros tiempos
tan bellos pensamientos albergara,
y me sentí sedienta de silencios,
de paz, de soledad jamás lograda.


Guardose el monte al sol en un ocaso
de grises y de perlas,
y, segado ya el día, ante su luz postrera,
formular deseé este pensamiento:
"Que nadie te descubra en esa soledad de anacoreta.
Que no te contamines de progreso,
que pura permanezcas.
Que no llegue a saberse que aún existes...
y que alguna vez más gozarte pueda".


                                                          María Ángeles Morera Serrano

07 noviembre 2014

Toda una vida creer en tí


Creer, creer en ti toda una vida,
diciendo en cada instante que te quiero,
que nunca ha de apagarse este deseo
de hacer tu voluntad, que ha de ser mía.

Mía, porque es mi empeño y mi esperanza,
estar fundida en ti como la brisa.
Eres tu para mi esa sonrisa
que al alma da la fuerza y la bonanza.

Toda una vida en busca de tu aliento,
de ese sentir que colme esta ceguera,
que impulse al caminar en la certera
seguridad, que te hallaré en el tiempo.

                                                    María Ángeles Morera Serrano