Salve Madre bendecida
dulce amor de mis amores,
calmante de mis dolores
y faro y luz de mi vida.
Tu que a mi duro camino
vas quitando las espinas
y siembras de rosas finas
para aliviar mi destino.
Cúbrenos bajo tu manto,
y escucha amorosa el canto
que te eleva nuestra voz.
Y cuando llegue la hora
sed vos nuestra valedora
ante los ojos de Dios.
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