Mis penas desaparecen
cuando mi jilguero canta.
Es tan hermoso su trino
de violín y de flauta
que escalofríos me suben
a lo largo de mi espalda,
y siento que por mis ojos
fluyen dos ríos de lágrimas.
El animal siente al punto
el trémulo en mi garganta
cuando le digo, “ Te quiero,
por porque cuando tú me cantas
se escapan todos mis males
por las ventanas del alma”
Y el pajarito lo entiende
y empieza la serenata.
“ Que no me falten tus trinos,
Jilguero, todos los días,
qué si no oyese tu canto
de fijo me moriría.
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