30 marzo 2015

Dedicado a Mi Padre (su Curación)



Mi corazón no llora, que ahora canta.
Ya no es gris para mi la primavera.
Ya golpea con toques de emociones 
la sangre por mis venas.


No es sutil ese cambio, es explosivo,
que un alto dique levanté a mi pena
y al abrirse un boquete de esperanza
derramóse con fuerza el alma entera.


Mucho fue mi dolor, mucha la angustia,
que en el largo calvario que el sufriera,
mi impotencia con rabia contemplaba
junto a su cabecera.


Nada podía hacer, y hacia lo Alto 
se elevó mi oración y mi tristeza.
¡Señor! ¡Señor! aparta ya este Cáliz,
que tan mermada está su resistencia
que apurarlo no puede y se derrumba
el tronco que era en casa apoyo y fuerza.

Debió llegar al cielo mi plegaria
tan empapada en lágrimas, con tal sabor a queja
que el Dios de Amor que vela por nosotros,
compadecióse de mi gran tristeza.

Ya se asienta otra vez con vigor nuevo
el puntal de mi casa. Ya de nuevo, 
preside nuestra mesa...

Y soy feliz , y río, y cuaja flores
de gozo, para mi la Primavera.


María Ángeles Morera Serrano

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